Tus hijos se pelean. Otra vez.
Los oyes en el salón discutiendo por el mando a distancia. O por el iPad. O por lo que sea.
«¡Resolvedlo chicos!», les gritas desde la otra habitación.
La discusión continúa. Y en cuestión de segundos, oyes gritos.
Es evidente que no lo están solucionando. De hecho, nunca lo solucionan.
¿Se acabarán las peleas algún día?
Probablemente no.
Esperar que nuestros hijos «lo solucionen» es como darle a un niño de 7 años un libro de matemáticas de 10º curso y esperar que saque un 10 en el examen final.
No va a suceder.
Si queremos que nuestros hijos solucionen las cosas con sus hermanos, no podemos simplemente ignorar las peleas y esperar que desaparezcan.
¡Tenemos que enseñarles a resolver problemas!
Para ello, tenemos que estar disponibles y dispuestos a ayudar a nuestros hijos a aprender y practicar nuevas habilidades.
En lugar de ignorar el problema, cruzar los dedos y esperar que algún día lo solucionen, les capacitas para tomar una decisión mejor.
Cómo ayudar a los hermanos a «solucionarlo»
Recuerda, esto es una habilidad. Va a tomar tiempo para que tus hijos aprendan y pongan en práctica estas estrategias. Como cualquier habilidad, a veces será fácil, otras veces puede requerir más esfuerzo.
Enfócate en el objetivo a largo plazo: ¡menos peleas entre hermanos!
- Cálmate primero: Las peleas entre hermanos pueden hacer sonar la alarma en nuestro cerebro casi inmediatamente. En lugar de responder con pánico, recuérdate que no se trata de una emergencia y concéntrate en tranquilizarte. Esto puede significar esperar un minuto para responder.
- Implícate: Sí. Al menos al principio, necesitarás estar donde está la acción para ser más útil. No tiene que seguir a sus hijos por toda la casa, pero cuando oiga una refriega, tendrá que desplazarse al lugar donde los niños se están peleando en lugar de gritar desde otra habitación.
- Manténgase neutral: En el pasado, es posible que hayas entrado en la habitación repartiendo castigos y emitiendo juicios sobre quién tiene la culpa. Pero esta vez, como ya está calmado, podrá ofrecer apoyo y empatía a todos los implicados.
- Diseccione el problema: Haga una afirmación general: «Parece que necesitan ayuda para resolver este problema». A continuación, escuche la perspectiva de cada uno de los niños y reitere sus peticiones: «Así que os gustaría ver vídeos de gatos y os gustaría ver vídeos de trucos de magia».»
- Haced una lluvia de ideas juntos: Hablad sobre cómo resolver el problema de forma que funcione para todos. Al principio, es posible que tengas que dar sugerencias, pero con el tiempo tus hijos ofrecerán sus propias soluciones. Está bien retrasar esta conversación hasta que todos estén tranquilos.
- Ofrece más apoyo: A veces, un niño puede estar luchando más que el otro. En este caso, puede que necesites dar a ese niño más empatía, ánimo o ayuda para encontrar otra actividad. O puede que simplemente necesite un poco más de tiempo con usted
¡Phew! ¿Parece mucho? Lo es… al principio. Pero, ¡no te rindas antes de empezar!
Al final, será su nuevo hábito. En lugar de decirles a tus hijos que «lo solucionen», podrás preguntarles: «¿Necesitas ayuda para solucionarlo?»
Y, a veces, la respuesta será «no, ¡lo tenemos!»
Una cosa más…
Antes de que me escribas diciendo «esto nunca funcionará», déjame decirte esto: hay mucho más en el rompecabezas de los hermanos que simplemente ayudar a tus hijos a solucionar sus diferencias.
A menudo, hay razones subyacentes para la rivalidad entre hermanos: los niños están lidiando con grandes sentimientos de celos, están anhelando la atención de sus padres, o se sienten inseguros del amor de sus padres. Además, cuanto más mayores sean tus hijos, más arraigado estará este patrón de peleas. No es imposible de reparar, pero puede ser difícil imaginar que algo cambie.
Abordaré estas piezas en futuros posts. Pero por ahora, si la rivalidad entre hermanos o las peleas entre hermanos se están apoderando de tu casa, deja lo que estás haciendo y céntrate en construir una conexión más fuerte con cada uno de tus hijos.