Whisky Escocés Blended
Para la mayoría de la gente, su primer encuentro con el whisky escocés es con un blend – pero entonces alrededor del 90% del mercado está formado por productos que combinan malta y alcohol de grano. El whisky escocés de mezcla es el corazón palpitante de la industria, y su rica variedad de mezclas sigue encontrando nuevos admiradores desde Shangai hasta São Paulo.
Mezcla: las reglas
El whisky escocés de mezcla es la combinación de whiskies de malta y de grano, madurados durante al menos tres años en roble. Esa es la parte fácil. Pero, ¿cuántos whiskies de malta? ¿Cuántos granos? ¿Cuáles? ¿En qué tipo de barrica han madurado y durante cuánto tiempo? ¿Y cómo se combinarán todos esos sabores?
La elaboración de whisky escocés de mezcla es una habilidad diabólicamente difícil que requiere algo más que un olfato para el sabor: se necesitan años de experiencia, un conocimiento detallado de las destilerías (algunas de ellas ya cerradas), sus existencias y cómo reaccionan a la madera y a la combinación con otras maltas y granos. Se necesita un nivel alarmante de intuición y memoria del paladar. En otras palabras, no es fácil.
Envíen a los tenderos
Empezó con los tenderos y comerciantes de vino hace siglo y medio. Cuando los cambios en la ley permitieron combinar diferentes whiskies de malta y de grano, permitiendo al mismo tiempo que más tiendas vendieran whisky al público, estos fueron los pioneros de las mezclas.
Su ventaja era que estaban acostumbrados a crear productos mezclados que eran mayores que la suma de sus partes, ya fuera té, café, vinos o cordiales: eran mezcladores naturales con la confianza de añadir sus propios nombres a los whiskies que creaban como garantía de calidad y consistencia.
¿Quiénes eran? Andrew Usher, John Walker, William Teacher, James Buchanan, George Ballantine, los hermanos Chivas y John Dewar, además de muchos más – la mayoría de ellos con sus nombres adornando las etiquetas de whisky mezclado en todo el mundo hasta el día de hoy.
Cuestión de gustos
En los primeros tiempos, la mezcla de whisky era una buena manera de domar maltas a menudo ardientes, con la ligereza del grano redondeando las esquinas duras y suavizando los bordes irregulares de sabor y alcohol.
Pero esto evolucionó hasta convertirse en algo mucho más sutil y refinado, en el que las meticulosas permutaciones de malta y grano sacan a relucir diferentes características entre sí, produciendo whiskies equilibrados y consistentes, pero también whiskies de nueva complejidad y profundidad.
También surgieron diferentes estilos de la casa y, aunque éstos han evolucionado para adaptarse a la demanda del mercado a lo largo de los años, el sello de la historia permanece: Johnnie Walker sigue siendo rico y complejo, Grant’s es todo audacia de fruta y especias, mientras que con Dewar’s, la fruta es un toque más dulce y meloso. ¿En resumen? Hay una mezcla para todos.