La Habana, Cubasu enigmática capital

Descubre La Habana

Hay muchas formas de conocer La Habana. Puedes leer las novelas de Alejo Carpentier y disfrutar de su imaginario de la vida que corre entre las columnas de esta ciudad. Quizá prefieras la Habana que describe Hemingway, o la que se retrata en cientos de canciones. La conspiración y el espionaje de Nuestro hombre en La Habana pueden trasladarle a las noches de los años cincuenta. Pero no hay mejor manera de descubrir La Habana que recorrer sus calles y conocer algunos de sus lugares y gentes más interesantes.

Si tienes pocos días de vacaciones y te apasiona la historia, un viaje a La Habana Vieja es como un billete en el tiempo, sin paradas hasta la época del dominio español en la isla. Casi basta con recorrer las plazas coloniales, la Plaza de la Catedral, la Plaza de Armas, la Plaza de San Francisco de Asís, la Plaza Vieja y la Plaza del Cristo del Buen Viaje. En dos o tres días, si es un buen observador, podrá hacerse una idea de la historia colonial de la ciudad contada por los edificios que se levantan alrededor de cada plaza. Desde el Palacio del Segundo Cabo, hasta la peculiar arquitectura de la Catedral, el palacio de los Condes de Jaruco, o el contemporáneo hotel Santa Isabel, cada uno tiene una historia que contar.

Después, si hay tiempo, continúe por esta ruta hasta el conjunto de fortificaciones militares que han resistido el paso del tiempo a ambos lados de la bahía, y que tienen, como punto más importante, el complejo Morro-Cabaña, con su icónico faro y una interesante ceremonia de disparo de cañón a las 21:00 horas, ritual que se realiza cada día para recordar los tiempos en los que la ciudad cabía entre sus murallas.

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