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Resumen

¿Qué es?
La vulvodinia es un dolor o molestia crónica de la vulva (la zona que rodea el exterior de la vagina) que dura tres meses o más sin ninguna evidencia de otras causas cutáneas o ginecológicas.

La vulvodinia es un dolor o malestar crónico de la vulva (la zona que rodea el exterior de la vagina) que dura tres meses o más sin ninguna evidencia de otras causas cutáneas o ginecológicas. La vulvodinia suele caracterizarse por el ardor, el escozor, la irritación o la crudeza de la zona. La queja más común es la sensación de ardor.

Anatomía de la vulva

  • Labios-los pliegues justo fuera de la abertura vaginal
  • Vestibulo-la porción de piel en la abertura vaginal que contiene la abertura de la uretra, la vagina y las glándulas lubricantes
  • Perineo-el área entre la abertura vaginal y el ano
    • Algunas mujeres experimentan molestias de toda la zona vulvar (dolor generalizado). Otras tienen dolor localizado, que afecta a una parte específica de la vulva, como el vestíbulo o el clítoris. Los síntomas pueden ser constantes o aparecer y desaparecer. El dolor puede ser provocado por el contacto sexual y/o no sexual (por ejemplo, la inserción de un tampón, durante un examen pélvico, el uso de pantalones ajustados), no provocado (espontáneo) o mixto (provocado y no provocado).

      Los dos tipos de vulvodinia son:

      • Vulvodinia generalizada: se refiere al dolor vulvar generalizado y no provocado.
      • Visbulodinia, antes llamada vestibulitis vulvar, que se caracteriza por el dolor que se experimenta cuando se aplica presión o tacto a la zona que rodea la abertura vaginal (el vestíbulo).En este caso, el dolor vulvar recurrente puede desencadenarse por la actividad sexual, la inserción de tampones o los exámenes ginecológicos, al llevar pantalones ajustados o incluso al sentarse.
      • Se estima que aproximadamente el 15 por ciento de las mujeres sufrirá dolor vulvar crónico en algún momento de su vida. Aun así, la vulvodinia sigue siendo poco conocida y a menudo se diagnostica erróneamente.

        Muchas mujeres sufren un dolor vulvar inexplicable durante meses -incluso años- antes de que se realice un diagnóstico correcto y se determine un plan de tratamiento adecuado. Un estudio de Harvard financiado por los Institutos Nacionales de Salud descubrió que el 60 por ciento de las mujeres que padecen esta afección consultan al menos a tres profesionales sanitarios en busca de un diagnóstico, y el 40 por ciento de ellas siguen sin ser diagnosticadas. El estudio destaca la importancia de que las mujeres sean persistentes en la búsqueda de un diagnóstico preciso para poder recibir el tratamiento adecuado.

        Aunque la vulvodinia afecta a mujeres de todos los grupos de edad, la aparición de los síntomas es más común entre las mujeres de 18 a 25 años. Aunque antes se pensaba que la vulvodinia afectaba principalmente a las mujeres caucásicas, estudios recientes han demostrado que las mujeres hispanas y afroamericanas tienen la misma probabilidad de desarrollar la afección.

        Causas y factores de riesgo

        No hay una respuesta sencilla a la pregunta: «¿Qué causa la vulvodinia?». Sí sabemos que no está causada por una infección, el virus del papiloma humano (VPH) u otras enfermedades de transmisión sexual, el cáncer o los trastornos neurológicos generalizados. Sólo puede diagnosticarse después de que se hayan descartado otras causas de dolor vulvar, como la infección, la dermatitis o la atrofia, o si el dolor continúa a pesar del tratamiento exitoso de cualquier trastorno identificado.

        La dificultad o el dolor al usar tampones puede representar una forma primaria de vulvodinia. Las investigaciones muestran que lo siguiente puede contribuir a la vulvodinia:

        • pelvic nerve damage or irritation
        • spasms or weakness of the muscles that support the pelvic organs
        • abnormal response of cells in the vulva to environmental factors, such as infection or injury
        • altered hormone receptor expression in the vulvar tissue
        • increased density or increased sensitization of vulvar nerve fibers
        • genetic factors, including susceptibility to inflammation
        • recurrent yeast infections
        • previous laser treatments or surgery external to the vagina

        Impact on Quality of Life

        Vulvodynia can cause significant physical, sexual and psychological distress. Las mujeres que padecen vulvodinia manifiestan tener dificultades para hacer ejercicio, mantener relaciones íntimas y participar en otras actividades cotidianas.Incluso el hecho de permanecer sentadas durante largos periodos de tiempo puede desencadenar episodios de dolor vulvar en algunas mujeres.

        Según un estudio financiado por los Institutos Nacionales de Salud (NIH) realizado en la Facultad de Medicina Robert Wood Johnson de Rutgers y recogido por la Asociación Nacional de Vulvodinia:

        • El setenta y cinco por ciento de las mujeres con vulvodinia se sienten «fuera de control» de su cuerpo.
        • Sesenta por ciento dicen que la condición interfiere con su disfrute de la vida.
        • Casi dos de cada tres (60 por ciento) de las mujeres con vulvodinia no pueden tener relaciones sexuales debido al dolor. La mera anticipación del dolor vulvar puede aumentar la ansiedad y llevar a muchas mujeres a evitar las relaciones sexuales. Abstenerse de mantener relaciones sexuales afecta a la imagen que la mujer tiene de sí misma, y los repetidos episodios de dolor combinados con la anticipación del dolor también pueden provocar espasmos de los músculos que rodean la vagina (vaginismo), lo que dificulta aún más la penetración vaginal.

          Además, algunas mujeres con vulvodinia pueden estar agobiadas por otros problemas de salud, como la cistitis intersticial, la fibromialgia, el síndrome del intestino irritable, el síndrome de fatiga crónica, la articulación temporomandibular o los trastornos musculares.
          El desconocimiento de esta enfermedad por parte de los profesionales médicos, unido al estigma que las mujeres asocian a los trastornos genitales, dificulta el diagnóstico y el tratamiento. Como resultado, muchas mujeres se quedan sin saber por qué tienen un dolor vulvar tan severo y a menudo debilitante, que puede tensar la relación sexual de la pareja.
          Algunas mujeres dudan en hablar de sus problemas sexuales con sus proveedores de atención médica, mientras que otras que lo hacen a veces informan de que les dicen que el dolor está «todo en su cabeza». La comunicación y la educación son esenciales para el correcto diagnóstico y tratamiento de este trastorno.
          Si no se trata, el dolor crónico puede provocar:

          • baja autoestima
          • ansiedad
          • depresión
          • reducción de la calidad de vida
            • Y la gravedad del dolor puede empeorar cuando las mujeres con esta afección están estresadas, deprimidas o ansiosas.

              Diagnóstico

              La vulvodinia es poco conocida y, al igual que muchas condiciones de dolor, puede ser difícil de diagnosticar. La vulvodinia se diagnostica cuando se evalúan y descartan otras causas de dolor vulvar, como infecciones, problemas cutáneos o trastornos neurológicos.

              Las mujeres con vulvodinia suelen decir que tienen uno o más de los siguientes síntomas en la zona de la vulva:

              • Ardor (síntoma más común)
              • Picor
              • Dolor
              • Dolor
              • Picor
              • Pinchazos
              • Picor
                • Para hacer un diagnóstico, su profesional de la salud comenzará por revisar su historial médico. Le hará preguntas específicas sobre sus síntomas, los tratamientos que haya probado, su ciclo menstrual, la higiene femenina, los antecedentes sexuales, los problemas médicos o las cirugías anteriores, así como los medicamentos que utiliza (incluidos los de venta libre). También debe comentar cualquier dificultad que tenga para usar tampones o mantener relaciones sexuales. A continuación, el médico le hará un examen pélvico y le inspeccionará cuidadosamente la vulva. Es posible que solicite análisis de sangre y/o tome una muestra de secreción de su vagina para comprobar si hay levaduras u otras infecciones que puedan estar causando sus síntomas.

                  Para cartografiar el dolor vulvar se suele utilizar una prueba con un bastoncillo de algodón. Para esta evaluación, su médico utilizará un hisopo húmedo con punta de algodón para ejercer presión en varias partes de la vulva para identificar la ubicación y la intensidad de su dolor. Se le pedirá que califique el grado de dolor en cada lugar; por ejemplo, ¿cómo describiría el dolor en una escala de 0 a 10 (de ningún dolor a dolor extremo)? Su profesional sanitario puede utilizar un diagrama para anotar visualmente dónde siente molestias, así como el grado y la naturaleza del dolor, como ardor, palpitación o punzada. Una prueba positiva con un bastoncillo de algodón (que provoca un dolor importante, especialmente en el vestíbulo) sugiere con más fuerza el diagnóstico de vulvodinia.

                  Su médico puede utilizar un instrumento de gran aumento (llamado colposcopio) para observar de cerca la piel de la vulva. Aunque puede haber enrojecimiento e inflamación, la piel de la vulva suele tener un aspecto normal en las mujeres con vulvodinia, a pesar de la aparición de dolor. Cualquier área de apariencia anormal puede necesitar una biopsia para descartar otros trastornos.

                  Describa su dolor

                  Asegúrese de describir claramente su dolor, incluyendo su:

                  • inicio (¿Cuándo comenzó el dolor, y empezó gradualmente o de repente?)
                  • localización (¿Dónde siente el dolor? ¿Está aislado en una parte determinada de la vulva?)
                  • frecuencia/duración (¿Cuándo siente el dolor? Es constante o aparece y desaparece? Cuánto tiempo hace que tiene dolor vulvar?)
                  • naturaleza/tipo (¿Es doloroso, ardiente, punzante?)
                  • gravedad (En una escala de 0 a 10, siendo 10 el peor dolor que pueda imaginar, ¿cómo de intenso ha sido su dolor?)
                  • Explique cómo afecta el dolor vulvar crónico a su vida diaria. Hay ciertas actividades que evita, como el ejercicio, el uso de tampones o las relaciones sexuales? Es posible que quiera llevar un diario del dolor con información detallada sobre su dolor: cuándo se produce y durante cuánto tiempo, las cosas que lo mejoran o empeoran y cualquier otro síntoma. Esto puede proporcionar pistas importantes y ayudará a su profesional sanitario a realizar un diagnóstico.

                    Tratamiento

                    Hay tratamientos disponibles para aliviar los síntomas. Estos pueden incluir una combinación de consejos sobre el cuidado de la piel de la vulva, medicamentos orales y/o tópicos, fisioterapia y entrenamiento de biorretroalimentación, modificaciones dietéticas, asesoramiento y, en algunos casos, cirugía. También se están explorando terapias complementarias, como la acupuntura, la terapia de masaje y la terapia cognitiva conductual.

                    No se conoce ninguna cura para la vulvodinia. Los principales objetivos del tratamiento son controlar el dolor, mejorar la calidad de vida (por ejemplo, restablecer una vida sexual sana y reducir la ansiedad) y prevenir la recurrencia de los síntomas. La naturaleza crónica y la complejidad de la vulvodinia suelen requerir múltiples estrategias de tratamiento. Encontrar el tratamiento o la combinación de terapias adecuados puede llevar algún tiempo, especialmente porque los síntomas y la respuesta al tratamiento de cada mujer son diferentes. Su proveedor de atención médica le recomendará un enfoque de tratamiento basado en su(s) afección(es), nivel de dolor y preferencias.

                    Opciones de tratamiento disponibles

                    La siguiente sección ofrece un resumen de los tratamientos disponibles que han sido beneficiosos para reducir los síntomas de dolor (enumerados sin ningún orden en particular):

                    Cuidados básicos de la vulva. Estas sugerencias serán útiles en todas las mujeres, no sólo en aquellas con dolor vulvar. Algunas sugerencias comunes para el cuidado de la vulva incluyen:

                    • Usar ropa interior sólo de algodón
                    • Evitar los pantalones ajustados y las medias
                    • Usar almohadillas y tampones de algodón sin perfume
                    • Mantener los jabones y champús fuertes lejos de la zona de la vulva y no usar duchas vaginales
                    • Usar abundante lubricación soluble en agua durante las relaciones sexuales.lubricación soluble en agua durante las relaciones sexuales
                    • secar la zona después de enjuagarse y orinar
                    • Medicamentos. Para el dolor crónico pueden recetarse medicamentos orales y/o tópicos, incluidos anestésicos tópicos (pomada de lidocaína), estrógenos, anticonvulsivos y ciertos tipos de antidepresivos.

                      Las pomadas anestésicas tópicas proporcionan un alivio rápido y temporal del dolor y confort y pueden utilizarse durante la noche o aplicarse de 15 a 20 minutos antes de la actividad sexual o a lo largo del día, según sea necesario.Las compresas de hielo también proporcionan un alivio temporal y pueden ser útiles cuando no se puede evitar estar sentado durante periodos prolongados, como los viajes largos en coche.

                      Los estrógenos tópicos, y ocasionalmente las testosteronas, pueden utilizarse en mujeres que tienen una deficiencia de estrógenos, como las mujeres posmenopáusicas o las premenopáusicas que toman ciertos medicamentos que reducen los niveles de estrógenos.

                      Pueden recomendarse dosis bajas de antidepresivos tricíclicos para tratar la vulvodinia debido a sus propiedades de bloqueo del dolor, en particular amitriptilina (Elavil), desipramina (Norpramin) y nortriptilina (Pamelor). La gabapentina, un medicamento anticonvulsivo, es eficaz para aliviar el dolor en algunas mujeres y ofrece una alternativa a las mujeres que no pueden utilizar antidepresivos tricíclicos o tienen efectos secundarios con ellos. También puede considerarse la pregabalina (Lyrica), que se utiliza para tratar el dolor nervioso y muscular. Una clase más reciente de antidepresivos, conocida como SSNRI (Effexor, Cymbalta), también ha demostrado ser beneficiosa con menos efectos secundarios para algunas mujeres que los antidepresivos tricíclicos; sin embargo, su uso en mujeres con vulvodinia no ha sido bien estudiado. Al igual que los antidepresivos tricíclicos más antiguos, estos medicamentos también pueden ayudar a aliviar los síntomas de la depresión.

                      Pregunte a su profesional de la salud sobre los distintos medicamentos y sus efectos secundarios habituales. Cuando utilice ciertos medicamentos, tenga en cuenta que pueden pasar hasta seis u ocho semanas para que los síntomas mejoren, y que no necesariamente conseguirá un alivio completo.

                      Terapia física y entrenamiento de biorretroalimentación. Algunas mujeres tienen espasmos asociados o debilidad de los músculos del suelo pélvico que pueden contribuir al dolor vulvar o desarrollarse debido al dolor. Su profesional de la salud evaluará los músculos del suelo pélvico y puede remitirla a un fisioterapeuta del suelo pélvico para que realice una evaluación completa de los músculos, las articulaciones y los nervios de la zona pélvica. Los tratamientos pueden incluir ejercicios, educación y terapias manuales, como el masaje. Los ultrasonidos y la estimulación eléctrica y con calor/frío también pueden proporcionar cierto alivio. La biorretroalimentación, que le ayuda a entrar en un estado de relajación para reducir el dolor y le enseña a controlar la contracción y relajación de los músculos pélvicos, es una parte integral de la fisioterapia. El control aprendido de estos músculos ayudará en las situaciones en las que pueda producirse dolor, como el coito o un examen pélvico, al permitir que se produzca una relajación consciente de estos músculos.

                      Técnicas de relajación y respiración. Al igual que la biorretroalimentación, aprender a reconocer cuándo está tensando los músculos del suelo pélvico debido al estrés y, a continuación, aprender técnicas de relajación específicas para reducir el estrés y la ansiedad puede ayudar a aliviar el dolor.

                      Modificaciones en la dieta. Hable con su proveedor sobre los pros y los contras de eliminar ciertos tipos de alimentos de su dieta, como los que tienen un alto contenido de oxalatos o azúcar. Para comprobar la sensibilidad a los alimentos y determinar qué alimentos, si es que hay alguno, le afectan, elimine un alimento o grupo de alimentos cada vez. Utilice un diario de alimentos para registrar los resultados: puede que empiece a notar una asociación entre sus síntomas y ciertos alimentos que de otro modo no habría sospechado. Esto puede ser especialmente útil en mujeres que también tienen cistitis intersticial.

                      Bloqueos nerviosos. Las inyecciones de lidocaína o lidocaína más un esteroide pueden proporcionar un alivio al menos temporal y a veces a largo plazo del dolor vulvar. Estas inyecciones pueden ser locales en puntos desencadenantes o zonas especialmente sensibles en la entrada o a corta distancia en la vagina, o pueden dirigirse al nervio mayor, el pudendo, que lleva la mayoría de los nervios de la zona vulvar a la médula espinal. El bloqueo pudendo puede realizarse a través de la vagina (con la inyección en la zona de la parte superior de la vagina, cerca del cuello uterino) o a través de las nalgas (esto suele hacerlo un anestesista formado en el control del dolor, no un ginecólogo).

                      Las mujeres que tienen un espasmo muscular como causa principal que contribuye al dolor vulvar pueden beneficiarse de las inyecciones de Botox en el músculo afectado.

                      Neuroestimulación y bomba de infusión espinal. Si otras formas de tratamiento no han ayudado y su dolor es intenso, su profesional de la salud puede hacerle consultar con un profesional experto en neuroestimulación o en el uso de una bomba de infusión espinal. Con la neuroestimulación, un dispositivo electrónico suministra estimulación eléctrica de bajo voltaje a un nervio específico o a la médula espinal en un intento de sustituir el dolor por una sensación de hormigueo. Una bomba de infusión espinal es un dispositivo implantado que administra constantemente una pequeña dosis de medicación a la médula espinal y a las raíces nerviosas para ayudar a calmar el dolor. La experiencia en el tratamiento de la vulvodinia con estas intervenciones es limitada.

                      Cirugía. Las mujeres con vulvodinia grave localizada en el vestíbulo que no han encontrado alivio con otros remedios pueden considerar la vestibulectomía, un procedimiento quirúrgico que elimina el tejido doloroso del vestíbulo vulvar. Esta cirugía suele reservarse sólo para las mujeres con vestibulitis vulvar que no han respondido a terapias más conservadoras y entienden que, a pesar de la cirugía, el dolor puede no resolverse después.

                      Asesoramiento. La vulvodinia puede limitar las actividades diarias, interferir en las relaciones interpersonales e íntimas y disminuir la calidad de vida. Las mujeres que sufren dolor vulvar crónico también pueden experimentar depresión y sentimientos de baja autoestima. Independientemente de las estrategias que se empleen para controlar el dolor vulvar, el asesoramiento psicológico puede ayudar a las mujeres a desarrollar estrategias de afrontamiento y a tratar los problemas de intimidad sexual. Para muchas, es una parte valiosa de sus planes generales de tratamiento. Se pueden considerar terapeutas cognitivo-conductuales o terapeutas individuales, matrimoniales o sexuales.

                      Hable con su profesional de la salud sobre qué tratamientos son adecuados para usted.

                      Prevención

                      Debido a que no sabemos qué causa el dolor vulvar, realmente no sabemos cómo prevenirlo. Pero hay algunas cosas que puedes hacer para ayudar a minimizar tu dolor. Como siempre, hable con su proveedor de atención médica sobre lo que es mejor para usted.

                      Revise su entorno y siga los cuidados básicos de la piel de la vulva. Si tus síntomas de dolor vulvar van y vienen, piensa a qué está expuesta esa zona. Utilizas un lubricante durante las relaciones sexuales? ¿Has cambiado de detergente para la ropa? ¿Los síntomas empeoran cuando llevas un determinado tipo de ropa interior o utilizas una determinada marca de compresas? Prueba a cambiar una cosa cada vez y comprueba si te ayuda. Llevar un calendario de síntomas puede ayudar a descubrir un patrón de dolor.

                      No se pierda su examen anual. Los exámenes pélvicos de rutina -una vez al año para las mujeres de 18 años o más- son muy importantes para garantizar la intervención temprana de los problemas, incluido el dolor pélvico y vulvar crónico. Las citas ginecológicas anuales pueden incluir exámenes de mamas, pruebas de Papanicolaou y otras pruebas preventivas importantes, como la de colesterol y la de tiroides. Estas visitas le dan la oportunidad de hablar de cualquier preocupación o síntoma ginecológico con su proveedor.

                      Si experimenta dolor vulvar, no espere. Pida una cita para hablar de sus síntomas con su profesional de la salud. Si cree que su dolor no está siendo reconocido o tratado, busque un especialista local en trastornos vulvares.

                      Hechos a saber

  1. La vulvodinia es un dolor o malestar crónico de la vulva (el área que rodea la abertura vaginal) que dura tres meses o más en ausencia de otros trastornos cutáneos o ginecológicos.
  2. Las mujeres que padecen vulvodinia manifiestan ardor, escozor, irritación y crudeza en la zona. Para algunas, este dolor afecta a toda la vulva, para otras se localiza en una zona. El dolor puede ser constante o episódico, a menudo cuando se desencadena por la inserción de un tampón, la actividad sexual o el ejercicio, especialmente el ciclismo.
  3. La vulvodinia puede ser difícil de diagnosticar. No es raro que las mujeres acudan a varios médicos antes de obtener un diagnóstico preciso.
  4. Se estima que aproximadamente el 15 por ciento de las mujeres sufrirá dolor vulvar crónico en algún momento de su vida.
  5. No se conoce la causa de la vulvodinia. Sin embargo, sí sabemos que no está causada por una infección activa, incluidas las enfermedades de transmisión sexual; los trastornos de la piel; el cáncer; o los trastornos neurológicos o psicológicos generalizados.
  6. El diagnóstico incluye una prueba con un bastoncillo de algodón en la que el médico ejerce presión en diferentes partes de la zona de la vulva para localizar el dolor y su intensidad relativa.
  7. Al igual que ocurre con otras afecciones de dolor crónico, la naturaleza implacable de la vulvodinia tiene un impacto negativo en la calidad de vida de la mujer y en su capacidad para realizar las actividades diarias. Las dificultades que se encuentran en su diagnóstico y tratamiento pueden provocar depresión, ansiedad, fatiga y una baja imagen de sí misma, especialmente en relación con la sexualidad de la mujer.
  8. No existe una «cura» para la vulvodinia. El objetivo del tratamiento es controlar el dolor, restablecer las actividades normales y mejorar la calidad de vida.
  9. El tratamiento puede incluir una combinación de consejos sobre el cuidado del tejido vulvar, medicamentos orales y/o tópicos, bloqueos nerviosos, fisioterapia, biorretroalimentación, modificaciones dietéticas, asesoramiento y, en algunos casos, cirugía. Muchas de las terapias recomendadas para promover la salud general también pueden recomendarse con enfoques médicos tradicionales para las personas con dolor crónico. Estas terapias incluyen la acupuntura, la terapia de masaje, las técnicas de relajación, la biorretroalimentación y la terapia cognitiva conductual.
  10. El objetivo de la investigación en curso es determinar las causas de la vulvodinia y encontrar formas más eficaces de identificar y tratar el dolor vulvar crónico.

Preguntas que hacer

Revise las siguientes Preguntas que hacer sobre la vulvodinia para estar preparada para hablar de este importante problema de salud con su profesional sanitario.

  1. ¿Por qué tengo dolor? ¿Tengo alguna afección que esté causando el dolor?
  2. ¿Necesito alguna prueba para diagnosticar por qué tengo dolor?
  3. ¿Qué medicamentos tópicos u orales puede recetar que alivien mi dolor? ¿Cuáles son los efectos secundarios?
  4. ¿Existen terapias no farmacológicas y no quirúrgicas que puedan reducir mi dolor y mejorar mi estado?
  5. ¿Cuándo puedo esperar que el dolor disminuya?
  6. ¿Qué puedo hacer para sobrellevar el dolor y seguir llevando un estilo de vida activo?
  7. ¿Qué medidas debo tomar para reducir la irritación de la vulva?
  8. ¿Qué debo decirle a mi pareja sobre mi enfermedad?
  9. ¿Hay algún especialista en el tratamiento del dolor al que me pueda remitir?
  10. ¿Existen grupos de apoyo para la vulvodinia? Dónde puedo obtener más información?

Preguntas clave&A

  1. ¿Qué es la vulvodinia?
    La vulvodinia es un dolor o malestar crónico de la vulva, la zona que rodea el orificio vaginal. Se diagnostica cuando el dolor dura tres meses o más sin que haya evidencia de otros trastornos cutáneos o ginecológicos que puedan causar el dolor. Aproximadamente el 15 por ciento de las mujeres sufrirá dolor vulvar crónico en algún momento de su vida.
  2. ¿Sabemos qué lo causa? ¿Se debe a una infección?
    No sabemos qué causa la vulvodinia, aunque es probable que se deba a múltiples factores. Algunos factores que pueden contribuir son el daño de los nervios pélvicos, los espasmos o la debilidad de los músculos pélvicos y los componentes genéticos como la susceptibilidad a la inflamación. Sabemos que la vulvodinia no está causada por una infección activa, el virus del papiloma humano (VPH) u otras enfermedades de transmisión sexual o el cáncer.
  3. ¿Cuáles son los síntomas de la vulvodinia?
    Las mujeres con vulvodinia suelen decir que tienen uno o más de los siguientes síntomas alrededor de la vulva:
    • ardecimiento
    • picazón
    • dolor
    • dolor
    • punzante
    • punzante
    • sensibilidad
    • picazón
      • Las sensaciones de ardor son las más comunes; sin embargo, el tipo y la gravedad de los síntomas son muy individuales. Más de la mitad de las mujeres que sufren dolor vulvar crónico tienen otros problemas de salud, como cistitis intersticial, fibromialgia, síndrome del intestino irritable, síndrome de fatiga crónica e infecciones recurrentes por hongos.
  4. ¿Qué desencadena el dolor?
    Algunas mujeres experimentan un dolor constante y generalizado en toda la zona de la vulva. Otras tienen un dolor localizado específico en una parte de la vulva que puede aparecer y desaparecer. El dolor vulvar puede desencadenarse por la actividad sexual, la inserción de tampones o los exámenes ginecológicos, o simplemente por llevar pantalones ajustados o sentarse. Tome nota de qué cosas hacen que su dolor mejore o empeore y comparta esta información con su profesional de la salud, para que tenga una mejor idea de la ubicación e intensidad de su dolor y de cómo afecta a su salud general y sexual.
  5. ¿Cómo se diagnostica?
    La vulvodinia es un «diagnóstico de exclusión». Es decir, se establece después de que se hayan descartado otras posibles causas de dolor vulvar, incluyendo cosas como las infecciones por hongos o bacterianas. Para diagnosticar la vulvodinia, el médico realizará en primer lugar una historia clínica completa, que incluirá la duración y la intensidad del dolor, la salud sexual, los tratamientos ya probados y los problemas médicos y cirugías pélvicas/abdominales anteriores. A continuación se realizará un examen pélvico. A menudo se utiliza una prueba con un bastoncillo de algodón que ejerce presión en varias partes de la vulva, especialmente en el caso de las mujeres cuyo dolor es provocado por la presión en la vulva. Se le pedirá que califique el grado de dolor en cada lugar para que su proveedor pueda trazar un mapa de su dolor.Es importante que hable abiertamente con su profesional de la salud sobre cualquier dificultad que tenga para hacer ejercicio, usar tampones o tener relaciones sexuales, para que sepa cómo afecta el dolor a su vida diaria.
  6. ¿Cuáles son los tratamientos para la vulvodinia?
    No hay cura para la vulvodinia, pero hay una variedad de medicamentos y terapias no farmacológicas. Los medicamentos pueden incluir anestésicos tópicos, terapia hormonal, antidepresivos orales, medicamentos anticonvulsivos y bloqueos nerviosos. Otras opciones son la fisioterapia del suelo pélvico, la biorretroalimentación, los cambios dietéticos, el asesoramiento y, en algunos casos, la cirugía. La acupuntura, la terapia de masaje, las técnicas de relajación y la terapia cognitivo-conductual, que a menudo se recomiendan como tratamientos para otras enfermedades que causan dolor crónico, pueden desempeñar un papel en su atención general. No hay un enfoque único que funcione para todas las mujeres. A menudo se necesita tiempo para encontrar un tratamiento o una combinación de terapias que alivien adecuadamente el dolor.
  7. ¿Qué debo decirle a mi pareja?
    A muchas mujeres les resulta difícil, si no imposible, realizar una penetración vaginal debido a la gravedad de lo que a veces se describe como un «dolor parecido a un cuchillo.» Dado que esta afección afecta significativamente a su relación sexual, es importante que informe a su pareja sobre esta afección y sobre cómo le afecta a usted, tanto física como psicológicamente. Sé sincero y abierto sobre cómo te sientes, las medidas que estás tomando para aliviar el dolor y las formas en que tu pareja puede apoyarte. Puede que le dé vergüenza abordar el tema, pero es importante para su tranquilidad y para que su pareja se sienta involucrada en el proceso. El asesoramiento con un terapeuta sexual suele ser útil para las parejas que se enfrentan a la vulvodinia.

Consejos de estilo de vida

  1. Una combinación de terapias funciona mejor
    El alivio del dolor puede no producirse rápidamente. Pueden pasar varias semanas hasta que notes una mejora en el dolor. Complementar el tratamiento farmacológico con fisioterapia, biorretroalimentación, terapia sexual y asesoramiento psicológico puede mejorar aún más el control del dolor. No existe un único tratamiento eficaz para las mujeres con vulvodinia. Haga preguntas si no entiende el plan de tratamiento recomendado.
  2. Cuidado básico de la piel de la vulva
    Hay medidas sencillas que puede tomar para reducir la irritación de la vulva. Estos son algunos consejos:
    • Use ropa interior 100 por ciento de algodón.
    • Evite los pantalones ajustados; no use pantimedias.
    • Use abundante lubricante soluble en agua en toda actividad sexual.
    • Evite las cremas o jabones perfumados, las compresas o tampones y las cremas anticonceptivas o espermicidas.
    • No utilice duchas vaginales ni toallitas húmedas.
    • Absténgase de realizar ejercicios que puedan suponer una presión adicional sobre la vulva, como montar en bicicleta o a caballo.
    • Ejercicio y alimentación adecuada
      El ejercicio regular mejora la circulación y aumenta la producción de sustancias naturales que alivian el dolor (endorfinas) en su cuerpo. Al mantenerse activo, también reducirá las posibilidades de que aumente el dolor debido a los músculos tensos. Asegúrese de hablar con su médico sobre qué ejercicios son los mejores para usted, especialmente si su dolor vulvar es provocado por ciertos tipos de actividad física.
    • Obtenga el apoyo emocional que necesita
      El dolor vulvar crónico puede ser debilitante y a menudo interfiere con las actividades diarias y las relaciones sexuales. Muchas mujeres con vulvodinia episódica se ponen ansiosas y se preocupan por su próximo brote de dolor. Aunque el dolor vulvar crónico puede ser un tema embarazoso, es importante intentar hablar abiertamente de él con tu pareja. No dejes que el dolor te eclipse. Continúa realizando las actividades que te gustan aunque tengas que cancelarlas o reducirlas algunos días. Si se siente triste durante varias semanas seguidas, es posible que esté deprimido. Los signos comunes de la depresión incluyen:
      • tristeza sostenida, ansiedad, irritabilidad o aburrimiento
      • pérdida de interés o placer en actividades que antes disfrutaba
      • cambios notables en los hábitos de alimentación y sueño
      • retirada de la familia, los amigos y las actividades sociales
      • dificultad para pensar concentrarse o recordar y una incapacidad para completar las tareas escolares
      • sentimiento de culpa, desesperanza, vacío
      • síntomas físicos como dolores de cabeza, malestar estomacal o dolor que no responde al tratamiento
        • Si cree que puede estar deprimida, busque tratamiento. Muchas mujeres con vulvodinia se benefician del asesoramiento psicológico y de la terapia sexual.
    • Relajarse para reducir el estrés
      Controlar el estrés y aprender a relajarse son partes importantes de cualquier programa de alivio del dolor. El estrés parece contribuir a muchas enfermedades crónicas, incluido el dolor vulvar crónico. El estrés puede aumentar la presión arterial, reducir la capacidad del sistema inmunitario para luchar contra las infecciones y afectar a la producción de hormonas, incluida la activación de la producción de cortisona en las glándulas suprarrenales y la alteración del equilibrio entre el estrógeno y la progesterona. Hay muchas técnicas de relajación que puedes aprender fácilmente y practicar en casa, como la concentración (lo que se aconseja hacer a las mujeres en el parto), la meditación, los ejercicios de respiración profunda y la relajación muscular progresiva. Aprender técnicas de biorretroalimentación requiere mucho más entrenamiento, pero a veces se recomienda la biorretroalimentación para que las mujeres con vulvodinia aprendan a relajar los músculos pélvicos, que pueden contraerse en previsión del dolor, provocando así un dolor crónico. Puedes descargarte aplicaciones en tu smartphone que pueden guiarte a través de la respiración profunda o la meditación con instrucciones, recordatorios y ejercicios.

Organizaciones y apoyo

Para obtener información y apoyo sobre cómo afrontar la vulvodinia, consulte las organizaciones y los libros recomendados que se indican a continuación.

Asociación Americana del Dolor Crónico
Sitio web: http://www.theacpa.org
Dirección: PO Box 850
Rocklin, CA 95677
Teléfono: 800-533-3231
E-mail: [email protected]

El Colegio Americano de Enfermeras Parteras
Sitio web: http://www.midwife.org
Dirección: 8403 Colesville Road, Suite 1550
Silver Springs, MD 20910
Teléfono: 240-485-1800

El Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos
Sitio web: http://www.acog.org
Dirección: PO Box 96920
Washington, DC 20090
Teléfono: 202-638-5577
Sociedad Internacional de Dolor Pélvico
Sitio web: http://www.pelvicpain.org/
Dirección: 1100 E. Woodfield Road, Suite 520
Schaumburg, IL 60173
Teléfono: 847-517-8712
E-mail: [email protected]

Sociedad Internacional para el Estudio de las Enfermedades Vulvovaginales
Sitio web: http://www.issvd.org
Address: 8814 Peppergrass Lane
Waxhaw, NC 28173
Teléfono: 704-814-9493
Email: [email protected]

Biblioteca Nacional de Medicina
Sitio web: http://www.medlineplus.com
Dirección: 8600 Rockville Pike
Bethesda, MD 20894
Correo electrónico: [email protected]

Fundación Nacional del Dolor
Sitio web: http://www.nationalpainfoundation.org/

Asociación Nacional de Vulvodinia
Sitio web: http://www.nva.org
Address: PO Box 4491
Silver Spring, MD 20914
Teléfono: 301-299-0775

Oficina de Investigación sobre la Salud de la Mujer
Institutos Nacionales de Salud
Sitio web: http://orwh.od.nih.gov
Address: 6707 Democracy Blvd. Suite 400
Bethesda, MD 20892
Teléfono: 301-402-1770
E-mail: [email protected]

Fundación del Dolor Vulvar
Sitio web: http://www.vulvarpainfoundation.org
Dirección: 203 1/2 North Main Street, Suite 203
Graham, NC 27253
Teléfono: (336) 226-0704

Libros

Cómo acabar con el dolor femenino: Manual para mujeres: La guía definitiva de autoayuda para las mujeres que sufren dolor pélvico y sexual crónico
por Isa Herrera

La guía de supervivencia de la vulvodinia: Cómo superar los dolorosos síntomas vaginales y disfrutar de un estilo de vida activo
por Howard I. Glazer, Gae Rodke

Sufrimiento secreto: Cómo el dolor sexual y pélvico de las mujeres afecta a sus relaciones
por Susan Bilheimer, Robert J. Echenberg

Dolor privado: se trata de la vida, no sólo del sexo
por Ditza Katz, Ross Lynn Tabisel

La zona V: Guía para el cuidado de la salud íntima de la mujer
por Colette Bouchez

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