Para y huele la creosota: Algunos datos curiosos sobre el ambientador de Tucson

¿Sabes cuando está a punto de llover en Tucson y dices «huele a lluvia» como si fuera tu súper poder?

Eso es la creosota.

Es una planta exclusiva de Tucson y de otras regiones secas como el desierto de Mohave y el desierto de Chihuahuan. La planta desprende ese familiar olor almizclado y terroso de una capa en sus hojas que le ayuda a conservar el agua.

A los tucsonianos les encanta. Es nostálgico porque huele a temporada de monzones. Irónicamente, el nombre en español de la creosota es hediondilla, que se traduce libremente como pequeño apestoso.

También se conoce como: Chaparral, Greasewood, Larrea Tridentata.

Otros datos:

– El arbusto de creosota puede pasar dos años sin agua y puede vivir hasta 200 años.

– A los animales e insectos del desierto les encanta. Los conejos comen ocasionalmente hojas de creosota y docenas de insectos llaman al arbusto su hogar.

– Tiene muchas cualidades medicinales. Algunos nativos la utilizaban para tratar resfriados, heridas e infecciones de la piel.

No esperes a otro día de lluvia.

La tienda de hierbas de Tucson, 228 N. Fourth Ave., vende todo tipo de cosas de creosota como bolsas de creosota, fardos. Puedes colocar las bolsas y fardos en tu ducha para hacer tu propio olor a lluvia o guardarlo en tu coche. Huele increíble.

También puedes comprar aceite de creosota (hojas de creosota y aceite de oliva) que se supone que es genial para tu piel porque es un antibacteriano natural. Póntelo en la cara y olerás a temporada de monzones.

Puedes comprar online o en persona en la encantadora tienda de hierbas Tucson Herb Store:

– Bolsas de creosota, 6,50 $

– Paquetes de creosota, 12 $

– Aceite de creosota, 8,50 $

O puedes comprar en la tienda local Wolf Womyns Cauldron, ella vende un bálsamo de Chaparral en Etsy.

Consejo profesional: Siempre que veas un arbusto de creosota, acércate algunas de sus ramas a la nariz, inspira profundamente y recuerda la lluvia. Lo más seguro es que te encuentres con un arbusto en tu paseo por Tumamoc.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *