Puede ser especialmente frustrante cuando el equipo médico de uno es condescendiente con nosotros; restando importancia a los verdaderos esfuerzos que hacemos para controlar los niveles oscilantes de glucosa en sangre, o para intentar perder peso.
Enfado porque somos incomprendidos
No siempre somos personas que no hacen lo que tienen que hacer, por pereza. A veces somos personas que tienen miedo, o que están cansadas de intentarlo, o que son ignorantes y no tienen herramientas. O a veces, realmente estamos luchando mucho y no tenemos las mejores herramientas – sin embargo nos etiquetan como incumplidores. Entiendan que lo que queremos es su apoyo emocional, no su crianza. Comprended que la diabetes nos ha quitado mucha independencia y espontaneidad, y cuando vigiláis nuestros comportamientos, seguís quitándonos nuestro propio poder – para bien o para mal.
¿Recordáis lo difícil que os resultó mantener una dieta, y que fracasasteis después de unos seis meses? Pues bien, se necesita mucho esfuerzo por nuestra parte para controlar la condición, y no es fácil tomar la decisión diaria de cuidar – para el resto de nuestras vidas.
Enfado debido al agotamiento
Podríamos sentirnos frustrados por nuestra pérdida de libertad y espontaneidad, o incluso avergonzados por tener que tomar medicamentos con efectos secundarios realmente inquietantes. Puede que sintamos rabia y nos juzguemos a nosotros mismos por no haber corregido los niveles de glucosa en sangre, por haberlos corregido en exceso, por olvidar cosas que necesitamos, por haber elegido mal en la cena, etc., etc. Es posible que nos agobiemos por la necesidad constante de llevar una gran cantidad de cosas. Por si fuera poco, los niveles fluctuantes de glucosa en sangre traen consigo cambios hormonales que afectan directamente a nuestros niveles de energía y a nuestro estado de ánimo. Los niveles altos y bajos de glucosa en sangre pueden traer consigo sentimientos de ira, depresión, paranoia, confusión, etc. A veces, si el nivel de glucosa en sangre es lo suficientemente bajo, una persona puede incluso actuar con violencia o parecer que está intoxicada. Algunas personas con diabetes han sido puestas en peligro o maltratadas por otros, incluso por las autoridades, por sospechar que estaban borrachas o bajo la influencia de sustancias ilegales. Se trata de una perspectiva muy enojosa y aterradora.