Prolactina

Patofisiología de VÍO

Prolactina

La prolactina es una hormona proteica de cadena simple estrechamente relacionada con la hormona del crecimiento. Es secretada por los llamados lactótrofos en la hipófisis anterior. También es sintetizada y secretada por una amplia gama de otras células del cuerpo, sobre todo por diversas células inmunitarias, el cerebro y la decidua del útero gestante.

La prolactina se sintetiza como una prohormona. Tras la escisión del péptido señal, la longitud de la hormona madura es de entre 194 y 199 aminoácidos, dependiendo de la especie. La estructura de la hormona se estabiliza mediante tres enlaces disulfuro intramoleculares.

Efectos fisiológicos de la prolactina

La visión convencional de la prolactina es que su principal órgano diana es la glándula mamaria, y la estimulación del desarrollo de la glándula mamaria y la producción de leche definen bastante bien sus funciones. Esta imagen es cierta hasta cierto punto, pero no transmite una descripción exacta de esta hormona multifuncional.

Es difícil señalar un tejido que no exprese receptores de prolactina, y aunque la hipófisis anterior es la principal fuente de prolactina, la hormona se sintetiza y secreta en muchos otros tejidos. En general, se han descrito varios cientos de acciones diferentes de la prolactina en diversas especies. Aquí se resumen algunos de sus principales efectos.

Desarrollo de la glándula mamaria, producción de leche y reproducción

En la década de 1920 se descubrió que los extractos de la glándula pituitaria, cuando se inyectaban en conejos vírgenes, inducían la producción de leche. Investigaciones posteriores demostraron que la prolactina tiene dos funciones principales en la producción de leche:

  • La prolactina induce el crecimiento lobuloalveolar de la glándula mamaria. Los alvéolos son los grupos de células de la glándula mamaria que realmente secretan leche.
  • La prolactina estimula la lactogénesis o producción de leche después del parto. La prolactina, junto con el cortisol y la insulina, actúan conjuntamente para estimular la transcripción de los genes que codifican las proteínas de la leche.
    • El papel crítico de la prolactina en la lactancia se ha confirmado en ratones con deleciones dirigidas en el gen de la prolactina. Los ratones hembra que son heterocigotos para el gen de la prolactina eliminado (y que producen aproximadamente la mitad de la cantidad normal de prolactina) muestran fallos en la lactancia después de su primer embarazo.

      La prolactina también parece ser importante en varios aspectos no relacionados con la lactancia de la reproducción. En algunas especies (roedores, perros, mofetas), la prolactina es necesaria para el mantenimiento de los cuerpos lúteos (estructuras ováricas que secretan progesterona, la «hormona del embarazo»). Los ratones que son homocigotos para un gen de prolactina inactivado y, por tanto, incapaces de secretar prolactina, son infértiles debido a defectos en la ovulación, la fecundación, el desarrollo preimplantacional y la implantación.

      Por último, la prolactina parece tener efectos estimulantes en algunas especies sobre los comportamientos reproductivos o maternales, como la construcción de nidos y la recuperación de crías dispersas.

      Efectos sobre la función inmunitaria

      El receptor de prolactina se expresa ampliamente en las células inmunitarias, y algunos tipos de linfocitos sintetizan y secretan prolactina. Estas observaciones sugieren que la prolactina puede actuar como un modulador autocrino o paracrino de la actividad inmunitaria. Curiosamente, los ratones con deleciones homocigóticas del gen de la prolactina no muestran anomalías significativas en las respuestas inmunitarias.

      Se está llevando a cabo una cantidad considerable de investigaciones para delinear el papel de la prolactina en las respuestas inmunitarias normales y patológicas. Parece que la prolactina tiene un papel modulador en varios aspectos de la función inmune, pero no es estrictamente necesaria para estas respuestas.

      Control de la secreción de prolactina

      En contraste con lo que se ve con todas las otras hormonas pituitarias, el hipotálamo suprime tónicamente la secreción de prolactina de la pituitaria. En otras palabras, suele haber un «freno» hipotalámico puesto en el lactotrofo, y la prolactina se secreta sólo cuando se libera el freno. Si se corta el tallo hipofisario, la secreción de prolactina aumenta, mientras que la secreción de todas las demás hormonas hipofisarias cae drásticamente debido a la pérdida de las hormonas liberadoras hipotalámicas.

      La dopamina sirve como el principal factor inhibidor de la prolactina o freno de la secreción de prolactina. La dopamina es secretada en la sangre portal por las neuronas hipotalámicas, se une a los receptores de los lactótropos e inhibe tanto la síntesis como la secreción de prolactina. Los agentes y fármacos que interfieren en la secreción de dopamina o en la unión a los receptores conducen a un aumento de la secreción de prolactina.

      Además de la inhibición tónica por parte de la dopamina, la secreción de prolactina está regulada positivamente por varias hormonas, como la hormona liberadora de tiroides, la hormona liberadora de gonadotropina y el polipéptido intestinal vasoactivo. La estimulación de los pezones y de la glándula mamaria, como ocurre durante la lactancia, provoca la liberación de prolactina. Este efecto parece deberse a un arco reflejo espinal que provoca la liberación de hormonas estimulantes de la prolactina desde el hipotálamo.

      Los estrógenos proporcionan un control positivo bien estudiado sobre la síntesis y secreción de prolactina. Las crecientes concentraciones sanguíneas de estrógenos durante el final del embarazo parecen ser responsables de los elevados niveles de prolactina que son necesarios para preparar la glándula mamaria para la lactancia al final de la gestación.

      Estados de enfermedad

      La secreción excesiva de prolactina -hiperprolactinemia- es un trastorno relativamente común en los seres humanos. Esta afección tiene numerosas causas, entre ellas los tumores secretores de prolactina y la terapia con ciertos fármacos.

      Las manifestaciones comunes de la hiperprolactinemia en las mujeres incluyen la amenorrea (falta de ciclos menstruales) y la galactorrea (secreción excesiva o espontánea de leche). Los hombres con hiperprolactinemia suelen mostrar hipogonadismo, con una disminución del deseo sexual, de la producción de esperma y de la impotencia. Estos hombres también suelen mostrar un aumento de las mamas (ginecomastia), pero muy raramente producen leche.

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