Las fracturas de tres y cuatro partes del húmero proximal suelen tratarse quirúrgicamente. La reducción abierta con fijación interna (ORIF) es el método de elección en pacientes jóvenes. La reducción anatómica de las tuberosidades es crucial para garantizar que, en caso de necrosis avascular de la cabeza del húmero mal tolerada, se pueda realizar la hemiartroplastia en condiciones óptimas. Pueden producirse resultados subóptimos tras la ORIF, ya que la reducción y la fijación no perfectas se toleran mal en el hombro. La tomografía computarizada preoperatoria debe realizarse de forma rutinaria para analizar el desplazamiento y la conminución del fragmento, clasificar la fractura, evaluar la vitalidad de la cabeza humeral y valorar las propiedades mecánicas del hueso subyacente. La reducción de la fractura se basa en principios que comparten las distintas técnicas disponibles. La reducción de cada fragmento debe evaluarse por separado. La reducción de la cabeza del húmero hasta el eje debe realizarse antes de la reducción de las tuberosidades. La técnica de fijación debe garantizar la estabilidad de la reducción anatómica, con una fijación segura de las tuberosidades y un riesgo mínimo de migración del material a la articulación. A continuación, ofrecemos una discusión detallada de las distintas técnicas, con sus ventajas e inconvenientes, para ayudar a los cirujanos a seleccionar el método más apropiado para cada paciente individual.