Una metáfora es una figura retórica que describe algo (un objeto o una acción) de una manera que no es literalmente cierta, sino que utiliza la comparación o el simbolismo para describir algo. Las metáforas son una forma estupenda de dar más color a tus escritos
Las metáforas aparecen por todas partes, especialmente en la poesía y la literatura. Ayudan a que la escritura cobre vida y pueden mejorar tu trabajo creando imágenes vívidas.
Aquí tienes tres ejemplos populares de metáforas:
- El amor es un campo de batalla.
En esta metáfora, el amor se compara con un campo de batalla. Esta sencilla frase muestra que el amor puede ser muy desafiante, ¡incluso mortal!
- ¡Iluminas mi vida!
Esta metáfora muestra que la persona a la que se dirige es una influencia positiva en la vida del hablante.
- Me rompió el corazón.
Aunque lo parezca, tu corazón nunca está realmente roto: sólo sientes mucho dolor.
- Usar metáforas.
- 1) Metáfora extendida.
- 2) Implied metaphor.
- 3) Mixed metaphor.
- 4) Dead metaphors.
- Cómo crear metáforas fantásticas.
- Elige un personaje, un objeto o un escenario.
- Concéntrate en una escena concreta que estés describiendo.
- Ahora piensa en algunos otros objetos que compartan las características que identificaste en el paso 1.
- Toma tu metáfora y amplíala.
Usar metáforas.
Aristóteles decía que una metáfora era «el acto de dar a una cosa un nombre que pertenece a otra cosa». Te permite dar un poderoso golpe en pocas palabras. Tu lector puede tomar toda su comprensión de una cosa y aplicarla a otra. Al escribir «mi cubículo es una prisión», tu lector entiende lo que sientes por tu trabajo. Con sólo esa palabra saben que te sientes atrapado, infeliz, desolado.
Piensa en algunas de las metáforas más famosas y en lo llenas de significado que están.
- «La conciencia es la brújula del hombre». – Vincent Van Gogh
- «Los libros son los espejos del alma». – Virginia Woolf
- «No eres más que un perro sabueso». – Elvis Presley
- ¡Los chicos estaban pegados a sus asientos!
- Ella era un toro en una cacharrería.
- El correo electrónico era la pistola humeante de la investigación.
- La jefa le arrebató el informe, lo devoró lo más rápido posible y luego, mirando a su alrededor en busca de más presas, se lanzó al otro lado del pasillo hasta la mesa de su compañero de trabajo.
- Harry swelled and, with his prickly spines, wasn’t nearly as approachable as he had been earlier.
-
It’s raining turtles and hares.
-
Let’s tie up the red tape and get out of here.
-
The paper was white as snow.
-
She had a heart of stone.
- Símil: Sus dientes brillaban como fragmentos de cristal cuando sonreía.
- Metáfora: Sus dientes eran fragmentos de cristal cuando sonreía.
Probablemente ya utilices metáforas en tu lenguaje cotidiano sin pensarlo dos veces:
Las metáforas animan la comunicación ordinaria. Estamos tan acostumbrados a ver las mismas palabras y frases una y otra vez que cuando alguien sale con una metáfora brillante, todos nos animamos y tomamos nota. Es una forma de arte y debes practicar a menudo para que se te dé bien.
Aquí tienes varios tipos de metáforas, algunas que deberías probar y otras que no:
1) Metáfora extendida.
Se trata de una metáfora que se sostiene por algo más que una palabra o una frase.
2) Implied metaphor.
This is using a metaphor in a less direct manner.
Rather than say, «Harry was a pufferfish,» this implies he becomes a pufferfish when he gets riled up.
3) Mixed metaphor.
Be careful when using mixed metaphors. Used correctly, they can be quite humorous. Used unconsciously, they’ll detract from your writing enough that your reader will put the book down.
4) Dead metaphors.
These are the clichés of metaphors, those that have been used too often and have lost their punch.
Don’t use dead metaphors. Find another, more clever way of saying something is as white as snow or has a heart made of stone. Para erradicar las metáforas muertas en tu trabajo, asegúrate de utilizar nuestra Comprobación de clichés y redundancias.
Nota: Las metáforas no son símiles. Un símil es comparar algo usando las palabras como o como:
Cómo crear metáforas fantásticas.
Las metáforas dan rienda suelta a tu creatividad e imaginación. Aquí tienes los pasos que puedes seguir para ayudarte a crear una metáfora fantástica.
Elige un personaje, un objeto o un escenario.
Digamos, por ejemplo, que vas a escribir una metáfora sobre un portero de fútbol. ¿Cuáles son las características que definen a un portero? Un portero debe ser incondicional ante la ofensiva que se avecina. Los porteros deben ser un muro que impide que alguien marque. Cuando pienses en tu personaje, objeto o escenario, piensa en él con todos tus sentidos (por ejemplo, la vista, el oído, el olfato, etc.).
Concéntrate en una escena concreta que estés describiendo.
Identifica sus características. Digamos que nuestro portero está en el partido del campeonato enfrentándose a su archienemigo. Y digamos que el némesis es un espécimen grande y físico. ¿Cuál es el estado de ánimo que quieres crear aquí? Tenlo en cuenta al describir tu escena.
Ahora piensa en algunos otros objetos que compartan las características que identificaste en el paso 1.
Mantén en mente cómo la situación específica revela a tu personaje. ¿Es nuestra situación de portero como David contra Goliat? No, eso se ha hecho demasiadas veces. Tal vez el portero es como una foca bebé con un tiburón mortal que se acerca cada vez más. No, eso no se corresponde con lo que queremos que sea nuestro portero. Lo queremos incondicional ante el adversario. ¿Qué tal si comparamos al portero con las profundidades inexploradas del océano? Eso podría darte muchas ideas de carácter sobre tu portero y sus pensamientos e ideas más profundas.
Toma tu metáfora y amplíala.
No basta con comparar al portero con las profundidades del océano; enfatízalo más allá de una sola palabra para crear una imagen que redondee las características específicas.
El portero, presionado desde todos los lados con una fuerza implacable, se deslizó hacia lo más profundo de su bolsillo, encontrando marejadas bajo la superficie que lo impulsaban y lo mantenían concentrado en el depredador que descendía.
Bien. Esa es una opción que se me ocurre. ¡Seguramente puedes hacerlo mejor!