Un objetivo de resultado define lo que quiere lograr. Establece el resultado final deseado. Pinta la imagen de tu futuro yo, y el estado ideal en el que quieres estar.
Un objetivo de resultado es la respuesta a la pregunta: «¿Qué quieres que tu futuro yo haya logrado?»
Sin un objetivo de resultado, es imposible visualizar hacia qué te estás esforzando, y en qué invertir tu tiempo y energía. Un objetivo de resultado actúa como la estrella del norte, la versión ideal futura de ti mismo que te inspira y motiva para empezar a embarcarte en tu viaje.
La especificidad genera claridad
Cuanto más claro y específico sea tu objetivo de resultado (el destino), más fácil será definir un conjunto de objetivos de proceso que establecerán cómo planeas alcanzar ese objetivo (el viaje).
A menudo, los objetivos se establecen con demasiada ambigüedad que es difícil imaginar cómo se ve y se siente el éxito de ese objetivo. Metas como «estar más en forma», «aprender nuevas habilidades» o «desarrollar más positividad» quedan bien sobre el papel, pero son demasiado amplias y vagas para visualizar cómo es la versión futura y mejorada de uno mismo al otro lado de esa meta.
Algunos ejemplos de objetivos de resultados más claros y tangibles son:
- Completar mi primera media maratón en menos de 2 horas
- Encontrar un nuevo trabajo para una empresa que se alinee con mis valores & principios
- Aprender a tocar 3 canciones de John Mayer con la guitarra acústica
- Leer y entender un libro extranjero en otro idioma
- Ser autónomoempleado mientras hace un impacto positivo en la vida de las personas
- Construir una aplicación móvil usando no-code
Los objetivos de proceso definen tu viaje
Los objetivos de proceso definen las acciones que necesitas tomar, y los hábitos que necesitas construir para dar pasos hacia adelante para alcanzar tu objetivo de resultado.
Un objetivo de proceso responde a la pregunta: «¿Cómo lograrás tu objetivo de resultado?»
Los objetivos de proceso pintan una imagen clara y tangible de los diferentes conjuntos de acciones que son necesarias para implementar en tu día a día para ayudar a alcanzar tu objetivo de resultado.
Al establecer objetivos de proceso, estás poniendo en marcha un plan táctico que puedes seguir. Te ayuda a conectar los puntos desde tu futuro, tu yo ideal que ha logrado el objetivo de resultado, de vuelta a tu yo actual que todavía tiene que embarcarse en el viaje.
Sin establecer ningún objetivo de proceso para tu objetivo de resultado, será muy fácil (y casi natural) permanecer estancado y no avanzar hacia tu objetivo de resultado. Después de todo, ¿cómo puede esperar llegar a un destino si no tiene idea de cómo es el viaje? Rápidamente te perderás, te sentirás abrumado y desanimado por la falta de claridad y guía de cómo llegar a tu destino.
Algunos ejemplos de objetivos de proceso son:
- Correr 4 veces a la semana, aumentando la distancia en 2 km cada semana
- Practicar la guitarra acústica durante 30 minutos cada dos días
- Hacer una pequeña lista de 20 empresas en las que quiero trabajar, y hacer una presentación a 3 empresas cada semana
- Dedicar 1 hora diaria durante 2 meses a hacer una lluvia de ideas sobre los puntos de dolor de los usuarios, ideas de negocio y evaluar el encaje producto-mercado
- Pasar 30 minutos en Duolingo todos los días y leer el libro extranjero durante 1 hora dos veces a la semana
La intención está en el corazón de los objetivos que valen la pena
Aunque establecer objetivos es un paso admirable hacia la auto-mejora, creo que es crucial establecer objetivos que sean única e intencionadamente relevantes para ti, y la futura versión de ti mismo en la que quieres convertirte (nótese el énfasis en «tú»).
Buscar en Internet una lista de ideas de objetivos es un buen punto de partida, sin embargo, te animo a que elabores objetivos que reflejen de forma verdadera y precisa la imagen de ti mismo en la que quieres convertirte en el futuro.
En lugar de adoptar un conjunto de objetivos que haya publicado tu celebridad o blog favorito, te sugiero que te tomes el tiempo necesario para contemplar y reflexionar sobre tus propias pasiones, intereses y curiosidades, y que crees objetivos que complementen la persona que quieres ver en el espejo (en lugar de limitarte a copiar lo que es popular o está de moda en la sociedad actual).
Cuanto más cercanos e intencionados sean tus objetivos a tu individualidad única, más claridad, impulso y satisfacción tendrás al definir tus objetivos de resultado y proceso que perduren, y aumentarán tus posibilidades de llegar a tu destino.
En conclusión
La próxima vez que te sientas motivado para crear nuevos objetivos, o revisar los existentes, no dudes en tomarte tu tiempo (dado que tenemos mucho en el momento). Reflexiona profundamente sobre tus motivaciones e impulsos únicos, y revisa hasta que tengas claro y seguro tu destino y el viaje para llegar a él. Después de todo, esto no beneficia a nadie más que a ti, así que ¿por qué no invertir el tiempo y la energía para potenciar el cambio positivo y el crecimiento?
En los próximos posts, trataré de abordar el papel y la importancia de la paciencia, la persistencia, la adaptabilidad, la consistencia y la perspectiva (entre otros) en torno a los objetivos y el viaje para llegar a ellos. Si hay algún área que te interese en particular, no dudes en escribir tus comentarios en la sección de respuestas más abajo.
Dicho esto, espero que todos os mantengáis a salvo y tengáis hambre (metafóricamente, por supuesto).