QUÉ ES UNA ‘MEGACIDAD’

¿Cómo se vive en una megaciudad? Los investigadores advierten que los núcleos urbanos con más de 50 millones de habitantes suponen un enorme reto desde el punto de vista de los servicios básicos y las infraestructuras mínimas necesarias y las autoridades se enfrentan a responder a esa pregunta. La construcción, por ejemplo, de carreteras o del metro puede tardar décadas en concretarse y corre el riesgo de no seguir el ritmo de crecimiento de la población. Este aumento provocará cambios en los patrones de producción y consumo que, más pronto que tarde, empezarán a chocar con la falta de recursos naturales limitados. Otro reto al que tendrá que enfrentarse la política es el cambio climático. Muchas de estas megaciudades están situadas en zonas costeras y, dependiendo de cómo evolucionen las condiciones ambientales, es probable que parte de sus terrenos acaben bajo el agua.

Las soluciones vendrán de la mano de la innovación

La innovación será clave para dar respuesta a los problemas derivados del desarrollo de estas megalópolis. Entre las iniciativas más importantes para tratar de resolverlos se encuentran las siguientes:

Reducir la huella de carbono, es decir, mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero, con medidas encaminadas a mejorar la eficiencia energética.

Crear mecanismos destinados a escuchar a los habitantes de estos núcleos urbanos y fomentar así la participación ciudadana y la cohesión social.

Crear islas urbanas frescas que minimicen los efectos de las islas de calor urbanas. En Chicago ya se han plantado 70.000 nuevos árboles en el centro de la ciudad para combatir este fenómeno.

Instalar tejados verdes hechos con vegetación autóctona para captar y almacenar el agua de lluvia y poder reutilizarla.

Promover la agricultura en la ciudad, desde los jardines verticales destinados a purificar el aire del interior de los edificios a través de la biofiltración, hasta los huertos urbanos.

Implementar aplicaciones del Internet de las Cosas (IoT) para reducir el impacto ambiental, mantener la seguridad de los ciudadanos y mejorar su calidad de vida.

Apoyar el uso de tecnologías ecoeficientes en todos los ámbitos, especialmente en el diseño de nuevos edificios -los grandes consumidores de energía en las ciudades-.

Desarrollar un sistema de transporte público inteligente, eficiente y respetuoso con el medio ambiente con una flota de coches eléctricos.

Es evidente que la forma en que las megaciudades sigan produciendo y consumiendo energía y bienes será crucial para su supervivencia social, ecológica y económica. Aquí, las políticas de sostenibilidad ambiental serán claves para afrontar, con esperanza, uno de los mayores retos que tiene por delante la humanidad.

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