Este artículo apareció originalmente en rodalewellness.com.
Los isquiotibiales son una combinación de tres músculos que se originan en la tuberosidad isquiática (la parte de la pelvis que se siente al sentarse) y recorren la parte posterior de la pierna hasta conectarse con el hueso justo debajo de la rodilla. Dado que el grupo muscular abarca tanto la cadera como la rodilla, los isquiotibiales responden a dos conjuntos de fuerzas de arriba a abajo, sirviendo tanto de extensor de la cadera como de flexor de la rodilla.
Desgraciadamente, los isquiotibiales no están construidos de forma ideal para hacer deporte. Los isquiotibiales proximales, la sección en la parte superior cerca de la cadera, y los isquiotibiales distales, la sección inferior cerca de la rodilla, tienen un pobre suministro de sangre. Esto significa que las tasas de curación son lentas. La parte media y carnosa de los isquiotibiales tiene un excelente suministro de sangre y se cura mucho más rápidamente. Cuando los isquiotibiales se lesionan, la clave para solucionarlos es reconocer primero la lesión. Una distensión de los isquiotibiales suele ser el resultado de forzar demasiado y, sobre todo, de no prestar suficiente atención a las señales de dolor.
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¿Cómo lidiar con una distensión? Aquí hay cuatro consejos para manejar el dolor de los isquiotibiales:
– Cuando sientas dolor en los isquiotibiales, deja de hacer lo que estás haciendo. Tratar de empujar a través de él sólo lo hará peor.
– Evite las actividades de carga de los isquiotibiales y haga entrenamientos intensos de la parte superior del cuerpo y del núcleo para mantener la forma física.
– Tan pronto como pueda después de la lesión, comience a aplicar hielo en el músculo durante 15 minutos a la vez de 4 a 6 veces al día durante los primeros 2 días.
– Después de unos días, realice estiramientos suaves de los isquiotibiales varias veces al día.
– Dependiendo de la gravedad de la distensión, espere un tiempo de curación de entre 2 y 8 semanas.
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A medida que el dolor remita, vuelve a la actividad con calma, sobre todo a la velocidad y al trabajo en cuesta. Las distensiones graves de los isquiotibiales suelen curarse al cabo de 8 semanas. Si todavía tiene dolor después de eso, consulte a un médico. Las resonancias magnéticas y los ultrasonidos pueden mostrar los detalles de lo que ocurre en el músculo y el grado de daño que tienes, junto con cualquier otro problema que puedas desconocer. Un médico deportivo también puede recetar fisioterapia profesional y otros remedios. Los tratamientos más recientes, como el plasma rico en plaquetas (PRP), pueden ofrecer alguna esperanza a quienes sufren lesiones persistentes en los isquiotibiales. En este tratamiento, se inyecta el propio plasma del paciente en el lugar de la lesión para acelerar la curación, ya que las zonas con poca circulación sanguínea (como los isquiotibiales proximales y distales) se curan lentamente. Muchos médicos deportivos participan en ensayos clínicos para evaluar la eficacia del PRP, y hasta ahora los resultados han sido alentadores.
La cirugía de los isquiotibiales es poco frecuente pero no inédita, y sólo se utiliza para reparar desgarros o roturas importantes. Si ese es su problema, confíe en mí, lo sabrá.
Adaptado del Libro de Remedios Caseros del Atleta