Si alguna vez has ido al dentista y te han mencionado la «placa» o el «sarro», probablemente sepas que ninguno de los dos es deseable y que ambos pueden acabar provocando caries. Pero, ¿qué son exactamente y en qué se diferencian? Averigüémoslo.
¿Qué es la placa?
La placa es una película transparente y pegajosa de bacterias que se acumula constantemente en nuestros dientes cada día. Puede sonar desagradable, pero es perfectamente normal y se puede eliminar simplemente cepillando los dientes dos veces al día y utilizando el hilo dental.
La placa por sí misma no es realmente un gran problema, pero introduce azúcar y es una historia diferente. Las bacterias se alimentan de los azúcares y crean ácidos dañinos en el proceso. Con el tiempo, estos ácidos pueden erosionar la superficie de tus dientes, dando lugar a caries y cavidades.
El peor de los casos: estos ácidos dentales pueden llegar incluso a la pulpa (el tejido vivo) de tu diente, causando daños irreversibles. Si esto ocurre, es posible que necesites un tratamiento de conductos para salvar el diente, o incluso podrías perder el diente por completo y necesitar un implante dental o un puente para rellenar el hueco.
La placa también puede irritar tus encías, pudiendo provocar gingivitis y enfermedad de las encías. La gingivitis, que es una forma temprana de la enfermedad de las encías, normalmente puede revertirse mediante una buena higiene bucal, pero una enfermedad de las encías más grave puede conducir a la recesión de las encías e incluso a la pérdida de los dientes.
Elimina la placa – todos los días
La placa suele empezar a formarse alrededor de la línea de las encías, así que presta especial atención a esta zona cuando te cepilles los dientes. También puede acumularse entre los dientes, así que asegúrate de usar el hilo dental una vez al día. Puedes poner a prueba tu eficacia en el cepillado masticando una «pastilla reveladora» después de cepillarte los dientes.
Estas pastillas contienen un colorante que tiñe cualquier resto de placa, para que puedas ver fácilmente dónde te has saltado. No es raro que la gente se salte continuamente el mismo lugar, dando a la molesta placa la oportunidad de prosperar y causar daño.
Para aumentar aún más sus posibilidades de no desarrollar caries, trate de reducir los alimentos azucarados, o restrínjalos a las horas de las comidas para que no esté alimentando continuamente las bacterias en sus dientes. La saliva también puede ayudar a eliminar los alimentos y las bacterias, así que manténgase hidratado y pruebe a masticar chicle sin azúcar después de las comidas para obtener un impulso adicional.
¿Qué es el sarro?
Si la placa no se elimina, puede calcificarse y convertirse en sarro. Este proceso puede comenzar en tan sólo 48 horas, por lo que es muy importante cepillarse los dientes y utilizar el hilo dental con regularidad. A diferencia de la placa, el sarro no es transparente, sino que suele tener un indeseable tono amarillo o marrón (véase más abajo). Peor aún, no puedes eliminarlo con el cepillo y tendrás que acudir a tu dentista o higienista para que te lo quite.
El sarro también suele formarse alrededor de la línea de las encías, pero también puede aparecer justo debajo de ella, donde será más difícil de detectar. Al igual que la placa, el sarro puede provocar caries y enfermedades de las encías; además, es un gran hogar para la placa, ya que le proporciona una superficie pegajosa y una mayor superficie a la que adherirse.
El sarro no solo provoca daños, sino que también tiene un aspecto bastante desagradable y, como es poroso, se mancha con facilidad. Si no se trata, el sarro continuará acumulándose y calcificándose, por lo que es importante actuar cuanto antes.
Durante su revisión de salud dental, su dentista buscará los primeros signos de acumulación de placa y sarro y tomará medidas antes de que se conviertan en un problema.